Hasta bien entrada la primavera no se despedirá el frio y las nevadas en las montañas pirenaicas, y es que el ritmo natural montano poco tiene que ver con el del llano, mientras que en este podemos tener un día simplemente nublado, en la primavera montana, por encima de los 1300 – 1400 o 1500 m pueden precipitar intensas nevadas que más tarde nutran la tierra y sustenten el caudal de los ríos, agradecidos, pues este año han sido escasas las lluvias. Recibido este regalo, el sol volverá a lucir, descomponiendo la luz en brillantes colores y haciendo florecer los tallos frescos que servirán como nutritivo almuerzo a la ardilla roja (Sciurus vulgaris) y al resto de animales del bosque, el circulo perfecto de la naturaleza completa su giro.
Para ver más imágenes a mayor resolución puedes visitar carlosacin.com