Su nombre en latín significa «camino de leche» y en la mitología griega se consideraba que este camino iluminado era la leche derramada del pecho de la diosa Hera. La Vía Láctea es la galaxia espiral en la que se encuentra el Sistema Solar y por lo tanto nuestro planeta. La podemos observar como un halo luminoso formado por un conjunto de estrellas (y otros materiales) con la apariencia de una banda de luz que cruza el firmamento.
Fotográficamente es fácil de captar siempre que la situemos visualmente y nos encontremos en una localización donde no nos veamos afectados por demasiada contaminación lumínica. Para inmortalizarla con nuestra cámara será indispensable un trípode, pues necesitaremos realizar una exposición larga (probablemente de entre 15 a 25 segundos) también necesitaremos un objetivo con una apertura luminosa (f2.8 por ejemplo) y seleccionar un valor de sensibilidad (iso) en nuestra cámara lo más alto posible dentro de un nivel de ruido contenido.
Aquí os muestro tres fotos realizadas este otoño donde podemos ver la Vía Láctea cruzando el encuadre por el centro de la imagen como un haz de luz formado por una mayor concentración de estrellas.
Aquí os muestro tres fotos realizadas este otoño donde podemos ver la Vía Láctea cruzando el encuadre por el centro de la imagen como un haz de luz formado por una mayor concentración de estrellas.