El sarrio o rebeco, Rupicapra rupicapra, se adecua perfectamente a las condiciones más duras de las montañas Pirenaicas. A pesar de eso, durante el invierno, desciende a partes más bajas donde es más facil encontrar alimento cuando las cimas están cubiertas por un manto blanco de varios metros de espesor.
Este bovido, soporta vigorosamente los rigores de la alta montaña, haciendo alarde de una increible adaptación gracias a su configuración física. Dotado de un denso pelaje invernal, que le protege del viento gélido y le aisla de la humedad. Dotado de unas almohadillas especiales en sus pezuñas que le permiten ergirse en las paredes rocosas más verticales, incluso sobre el hielo.
Estos animales son un ejemplo de desafio hacia los elementos, y este es un reportaje sobre ellos y su hábitat.
Fui en busca del invierno y el invierno me encontró.
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